sábado, 31 de marzo de 2012

Estos son los bestsellers actuales...

Editorial

El extraño caso de Quentin Rowan


ÁLVARO CASAL
Cuántos hurtos literarios circulan por el mundo sin que nadie advierta lo que realmente son? Esta interrogante se plantea a partir de una reciente revelación: cierta novela de espionaje, escenificada en los tiempos de la Guerra Fría y con un personaje central al estilo James Bond, luego de haber sido elogiada profusamente, ha quedado expuesta como una colección de textos tomados de más de doce fuentes. No sólo esto, sino que su autor, un norteamericano de 35 años llamado Quentin Rowan, admitió que hace ya años que viene publicando obras que en realidad son copias.
La novela en cuestión lleva el título "Asesino de secretos" y para esta ocasión Rowan firmó con el seudónimo Q.R. Markham. Antes de tomar forma como libro publicado, "Asesino de secretos" fue anunciada con elogios profusos, incluyendo los de varios escritores. A partir de su edición por la editorial "Little, Brown", hubo adicionales comentarios positivos. Sin embargo, casi enseguida, un lector, en un sitio web de entusiastas de James Bond dijo sencillamente que la novela contenía "párrafos completos copiados textualmente del texto de John Gardner". Se refería a la novela "Licencia renovada" que Gardner escribió en su declarado intento de mantener viva la serie Bond luego de la muerte de su autor Ian Fleming.
Lizzie Widdicombe en "The New Yorker" escribió que se trataba de una "extraña aberración: un homenaje a Bond que plagió a Bond". Cuando Widdicombe profundizó en el asunto, descubrió que tras la fachada había mucho más. Entretanto, gente como Jeremy Duns, que había presagiado que "Asesino de secretos" se convertiría en un "clásico" instantáneo, revirtió su punto de vista. Duns no demoró en comprender que el texto entero había sido levantado de diversas novelas y se lo advirtió a la editorial. Ésta, a los cinco días retiró de las librerías los 6.500 ejemplares de la primera tirada. Edward Champion, titular del sitio web "Hábitos renuentes" y experto en plagios, expresó que "la gente generalmente se queda con dos o tres fuentes" pero que en "Asesino de secretos" había encontrado 34 instancias de plagio en las primeras 35 páginas.
Quentin Rowan no demoró en ser ubicado ya que vive con su padre en Seattle, donde aparentemente buscó amparo familiar. Desde allí habló con total franqueza. Mientras la editorial le reclamaba la devolución del dinero adelantado, él admitía que durante los últimos 15 años había temido que descubrieran que era un plagiario. A partir de allí, sabuesos literarios hallaron un rastro de cuentos y novelas compuestos con textos mal habidos. Sin embargo, el poema "Prometeo en Coney Island" difundido cuando era un liceal y elegido para la edición 1996 de la "Mejor Poesía Americana" sería auténtico. Probablemente sea asimismo auténtico el libro de memorias que Rowan ha empezado a escribir bajo el título "Nunca digas adiós".
Las ideas están disponibles para ser vueltas a usar. Hay instancias eminentes, como la de William Shakespeare tomando material de Plutarco. Pero hace ya bastantes años que la originalidad es virtud suprema del autor. Y como tal es defendida. Afortunadamente, ya que se le da al creativo el lugar que merece y se le defiende de seres como Rowan. En este contexto aparece "Asesino de secretos", que la novelería del presente ha hecho que en el "ranking" de Amazon pasara del sitio 62.924 al 174.



El País Digital

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