¿Alguien más ha notado que cada vez que un libro ostenta en la contratapa la promesa de la palabra erótico resulta ser una decepción al leerlo? ¿O es superficial, o vulgar o simplemente ileíble? Pues les aseguro que no les decepcionará esta novela corta de Pedro Ángel Palou*. Primero, porque la promesa se concreta, y segundo, porque lo hace enmarcado de una prosa exacta, llena de dramatismo y poesía. Y entonces olvidas la razón por la que habías comprado el libro en primera instancia, y pasas a deleitarte con su prosa.
El protagonista, Andrés, ha perdido a su amada Mónica, y busca recrearla a través de las palabras: recuerda cuándo la conoció,
la primera vez que hicieron el amor, los detalles de su cuerpo, el misterio de
compartir con el otro el momento máximo de intimidad al que pueden aspirar un
hombre y una mujer y, a la vez, sentirse tan lejos del otro… En esos
momentos, la escritura le sirve “…como lugar de encuentro, como verdad última,
como acercamiento. Escribir para ser, para evitar la soledad y compartir el
mundo”. Pero esta acción no le permite recuperar a su amada, no totalmente... o tal vez sea la única forma de recuperarla... aunque sea a través de la
plasmación de sus recuerdos, aunque sea de forma incompleta, aunque ese inevitable intento le cause más
dolor...
*Escritor mexicano nacido en Puebla en el año
1966. Es autor de novelas, ensayos literarios, crónicas históricas y ganador de
varios premios.
**Del hebreo, inversión del árbol de la vida: http://es.wikipedia.org/wiki/Qlifot
**Del hebreo, inversión del árbol de la vida: http://es.wikipedia.org/wiki/Qlifot
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