jueves, 26 de enero de 2012

Sobre El oscuro pasajero de Jeff Lindsay


     Había leído críticas sobre la obra de Jeff Lindsay (dramaturgo y novelista norteamericano nacido en 1952) y la libertad de creación que se tomaron en todas las temporadas a excepción de la primera. Sentía curiosidad por saber si las novelas tenían el mismo tono de humor negro que la serie. No me refiero al humor negro grotesco y de mal gusto que se ve en algunas películas norteamericanas a las que aborrezco. No, me refiero al humor negro inteligente, mordaz, ocurrente. Pero a la vez liviano, bien escrito, sin esas excesivas descripciones que no hacen más que prometer una profundidad que ya sabemos que está ausente cuando comenzamos a leer el libro o habríamos elegido otra cosa para leer… Como suelen ser las novelas criminales norteamericanas de la actualidad y lo que explica el motivo por el cual la serie se volvió tan popular.

 
      La primera temporada está basada casi totalmente en ese primer libro. Casi, porque el final es diferente. Y si son fanáticos admiradores de Dexter, valdrá la pena la “relectura”. Algunos personajes asumen un matiz diferente al de la serie. Déborah, la hermana de Dexter, es más bonita aunque no más inteligente, la inspectora Laguerta es menos inteligente y más lasciva. Algunos detalles de los asesinatos son más morbosos, aunque parezca imposible.

      La narración a través de los monólogos interiores del protagonista desde su particular perspectiva sigue siendo su principal atractivo.
Jeff Lindsay (en el centro) con los actores protagonistas de la serie

miércoles, 25 de enero de 2012

Sobre Krabat de Otfried Preussler


  Me encontré primero con la película e inmediatamente me sentí fascinada por la atmósfera creada en torno a la vida en el molino, por lo que me dediqué a rastrear el libro en el que estaba basada. Escrito en el año 1971 por el alemán Otfried Preussler, al cual nunca había oído nombrar, y a pesar de los obvios recortes que sufre la trama en la película, la historia de Krabat, el muchacho huérfano que comienza a trabajar en el molino de Koselbruch como ayudante sin saber que es, en realidad, aprendiz de magia negra, me pareció más interesante que lo que mostraba la adaptación cinematográfica realizada en el 2008.  Para mi sorpresa, descubrí que la novela de Preussler está basada en una leyenda tradicional sorbia (tuve que investigar, se trata de un pueblo eslavo occidental minoría nacional en Alemania) que se remonta al siglo XVIII y es un clásico de la literatura juvenil en su país.

        El libro mantiene su entorno cerrado de antiguo cuento de hadas, con pocas descripciones y un énfasis en las acciones más que en los diálogos. Pero la atmósfera se siente mejor que en la película, tal vez porque puedo agregarle mi contribución de la mano de mis recuerdos de lecturas en mi infancia, tal vez porque me deshago de la imagen de muchacho bobalicón que me transmitió el actor al representar a Krabat, o porque la historia representa valores universales: la lucha del bien contra el mal, la amistad, la libertad y el amor. O simplemente porque es una hermosa historia de magia.

Reconstrucción del molino negro en Kroselbruch, Sajonia.
        En mi experiencia como lectora, la probabilidad de sentirse decepcionado  con las adaptaciones cinematográficas de un libro que admiramos es tan alta como la esperanza de encontrarse ante la situación inversa: descubrir una obra original a través de una película. Y por eso vale la pena correr el riesgo.
        Para ver el trailer oficial de la película en español: Krabat y el molino del diablo.

martes, 24 de enero de 2012

Sobre Los círculos en el tiempo

    A partir de hoy comienzo a publicar los capítulos que voy reformulando de Los círculos en el tiempo, la novela corta que comencé a escribir en mi adolescencia. La abandono por años y la retomo. La estructura permanece intocada, los principales hechos también. La razón por la que continúo reformulándola es sencilla: aún amo esta historia y aún creo que vale la pena contarla.

lunes, 23 de enero de 2012

Sobre la Ley SOPA

      En los días que corren son muchos los escritores que han visto la necesidad de dejar registrada su opinión sobre este proyecto de ley (SOPA, por su sigla en inglés Stop Online Piracy Act) que está causando tanta controversia. Es el caso de Arturo Pérez-Reverte en un artículo que acabo de leer disponible en su página web oficial, Sobre libros, cañas y tapas. Aunque la discusión sobre el tema derechos de autor no es nueva, sí ha tomado un nuevo cariz cuando afectó a los miles de usuarios y lectores online, así como a las grandes empresas que brindan estos servicios. Era fácilmente predecible, por lo que trato de mantenerme al tanto sin obsesionarme: dependo de la web para divulgar mi obra, a mí no me publica ninguna editorial de renombre ni tengo el dinero necesario para publicar por mi cuenta. No me mueven objetivos económicos, pero no soy una escritora famosa, así que soy sospechosa al afirmarlo. ¿Pensaría de forma diferente si lo fuera? Es poco probable porque, como dije, a mi trabajo no lo sostienen motivos financieros. Como lectora, sigo comprando libros siempre que puedo, y también cuando no puedo, lo saben bien los amigos que comparten mi biblioteca y a la vez me brindan la suya. Pero también accedo a todo lo que encuentro online y no dejé de comprar libros por eso, de hecho, los prefiero a las ediciones virtuales, llenas de errores de ortografía, tipografía y traducción. Pero lo que sucede es que sí, los libros a los que podemos acceder en las escasas librerías de ciudad chica son las últimas ediciones con éxito de venta, o sea, los caros (eso incluye el último libro de Pérez-Reverte que vi en un estante del supermercado pero cuesta prohibitivos 480 pesos). Eso cuando puedes acceder a ellos, porque para rastrear algunas de estas ediciones hay que ir a Montevideo y recorrer innúmeras ferias y librerías, lo que no podemos hacer todos. Lo que me pregunto cada vez que contemplo cada una de las partes en este debate es qué están defendiendo realmente: ¿los derechos de autor, la propiedad intelectual, la libre circulación de la información y la cultura, o sus bolsillos? Y no sé por qué, no logro llegar a una conclusión...

sábado, 14 de enero de 2012

Recomiendo leer: Nada y así sea de Oriana Fallaci

      (…)¿La historia la hacen los buenos que pasan inadvertidos o los malos que se distinguen por sus crímenes legalizados por las banderas? ¿La hacen los bulldozer que construyen las carreteras o los carros de combate que la destruyen? Yo sostengo que la hacen los carros de combate, porque no he sabido nunca que un hombre bueno hubiese cambiado la faz de la tierra. ¿Acaso la cambió Cristo? ¿Acaso la cambió Buda? ¿Sostienes que sí? Entonces explícame lo de Vietnam, Biafra, el Oriente Medio, Checoslovaquia, Shiran Shiran, los burgueses que protestan. Explícamelo, convénceme, y me vanagloriaré de haber nacido entre los hombres en lugar de entre los árboles, los peces y las hienas.(…)




      El primer capítulo de esta novela autobiográfica de la gran escritora y periodista italiana Oriana Fallaci se inicia cuando su hermana de cinco años  le pregunta qué es la vida, y ella se encuentra con que todas las respuestas  que le puede dar son insatisfactorias.
      Era el mes de noviembre del año 1967 y la autora se iba a Vietnam como corresponsal de guerra  pensando que podía encontrar una respuesta para su hermana pero también para sí misma. Nada y así sea es la plegaria que nace fruto de la desesperación y la impotencia que siente durante esa búsqueda. La búsqueda de la autora por encontrar el significado de la vida y desentrañar la naturaleza humana. Escrito con una crudeza y un lirismo que resultan desgarradores,  en “este planeta donde los hombres hacen milagros para salvar a un moribundo y las criaturas sanas los matan a cien, mil, un millón cada vez”, es poco lo que una periodista y escritora puede hacer cuando se encuentra ante la dura realidad de la guerra. Pero lo que puede, dejar su testimonio escrito en las voces de las personas implicadas directamente con los hechos históricos que relata, lo hace y lo hace magníficamente. Las respuestas llegarán. No durante su estadía en Vietnam, sino después de los sucesos del 2 de octubre en México donde había ido también como corresponsal de guerra y en los que saldrá herida por una ráfaga de ametralladora.  
      Pero no esperen respuestas fáciles ni simplistas porque no existen. Oriana es la escritora, la periodista, pero por sobre todo una persona viviendo una de las experiencias más terribles a las que puede enfrentarse un ser humano. 

      Oriana Fallaci falleció de cáncer de pulmón en 2006 a los 77 años de edad.

lunes, 9 de enero de 2012

Recomiendo leer: Peregrinación: El Libro del Pueblo de Zenna Henderson

      Lo leí por primera vez cuando tenía 17 años y pasó a representar la plasmación de esa necesidad que sentimos todos de sentirnos especiales, principalmente durante una adolescencia problemática. Es uno de los relatos más hermosos que he tenido el placer de leer y que conservo como un tesoro en mi biblioteca.

      La historia se inicia con una jovencita que toma un ómnibus sin destino definido con el propósito de encontrar un lugar donde pueda suicidarse con tranquilidad. Cuando decide tirarse de un puente, es rescatada por dos muchachas que le ofrecen refugio en su pueblo, le brindan apoyo y la invitan a reuniones periódicas de la comunidad donde se comparten relatos personales entre sus miembros sobre sus experiencias de vida. A través de sus relatos descubrimos que estamos ante familias que tuvieron que refugiarse en la Tierra después de la destrucción de su planeta debido a un cataclismo. Las naves espaciales cayeron en diferentes lugares del planeta y los sobrevivientes debieron vivir separados, desconociendo el paradero de los demás, e intentando pasar desapercibidos entre los humanos. Estamos en una de las colonias del Pueblo, nombre que le da Henderson a esta comunidad de extraterrestres, que en nada difieren de los humanos en su aspecto físico pero que tienen poderes telepáticos y telecinéticos. No es una de tantas historias sobre extraterrestres como las que nos han invadido hasta el cansancio a través de las películas, primero, porque fue publicada en 1961, y segundo, porque los personajes ensalzan los valores universales que la humanidad parece empeñada en desterrar.
      Zenna Henderson (1917-1983) fue una de las primeras escritoras femeninas de literatura de ciencia ficción. Trabajó como maestra durante toda su vida, lo que probablemente la inspiró a narrar sus historias sobre “El Pueblo” desde el punto de vista de sus jóvenes protagonistas. Publicó sus historias cortas en diversas revistas dedicadas a la ciencia ficción entre los años 50, 60 y 70.  Fue una pionera en la ciencia ficción de tema espiritual/religioso a pesar de que no es posible relacionar su obra con ninguna filosofía religiosa específica en una época en que este tipo de literatura estaba marcada por el racionalismo y el pragmatismo.

lunes, 2 de enero de 2012

Sobre La senda oscura de Åsa Larsson

    Rebecca Martinsson vuelve a vivir en la casa de su abuela en Kiruna mientras se recupera de un trastorno siquiátrico originado por la pérdida de su amigo asesinado en un episodio que casi le cuesta la vida también. Acepta un trabajo como fiscal de distrito hasta que Anna-María Mella, la inspectora jefe, le pide ayuda en una investigación sobre el asesinato de Inna Wattrang, jefa de información de Mauri Kallis, dueño de una importante compañía minera, Kallis Mining. Hay continuos saltos en el tiempo: a la infancia de Rebecca, a la de Mauri Kallis, a la de su hermana Ester… No resultan pesados, cumplen su función: humanizan y dan vida a los personajes. Me paso toda la novela esperando a que intenten asesinar de nuevo a Rebecca Martinsson, como en las dos novelas anteriores. El giro romántico es inesperado pero no impropio. Admiro más a Åsa Larsson  por no colocar toda la carga de la acción sobre su protagonista. Ya tendrá oportunidades: planea escribir tres novelas más sobre ella. Es que ahora todo tiene que venir en serie, lo sabemos. Igual me gusta Ana-María Mella, madre de cuatro hijos, tan obstinada, tan humana… y su compañero, Sven-Eric Stanacke, con su inusual bigote a lo Hercule Poirot, y su gato muerto… La senda oscura carece del lirismo de Sangre derramada, pero mi impresión puede deberse a que me enamoré de la primera que compré y me dura el enamoramiento. También me gusta el paisaje, la nieve que cubre hasta la mitad del cuerpo, eso tan europeo, tan alejado de nuestra realidad. Es uno de esos escritores que logra plasmar de forma tan realista la humanidad de sus personajes que hace que los lectores nos encariñemos con sus particularidades. Ese es el cimiento de sus novelas. Si quieren conocer cómo construye el resto de la casa, les recomiendo leerlas.