1
Verás... me conoces, se supone,
desde que estaba en el vientre de mi madre.
2
Soy ese extraño ser que pariste,
apenas una imagen de tu sueño de mí.
3
Tú. No me conoces ni me reconoces.
Un objeto vivo inexplicable,
biológicamente explicable
por la sangre que derramo,
no por el corazón que comparto.
Vuelvo a recostarme en mi vieja cama,
organizo la ropa en mi ropero,
quiero irme pero me quedo.
Solo en sueños.
4
No me ves, no puedes verme.
Me detengo frente a ti,
te muestro mi ropa, mis manos,
mis ojos, y no me reconoces.
Debo explicarme una y otra vez,
interminablemente.
Te presento a mi doble y
me presento a mí.
Y siempre te detienes
a charlar con él,
mientras te observo
sentada a tu lado.
5
Todo lo que amas se parece
a un niño que pariste y ahora
no tienes tiempo de atender.
6
Es que no lo sabes.
Yo no estoy tan lejos,
pero estoy tan lejos
como puedas verme.
5 de setiembre de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario