CARLOS FUENTES
"Se debe tener mucho miedo al escribir"
A los 83 años falleció ayer el gran escritor y
pensador mexicano
Con la muerte del notable novelista no desaparece solamente una de las grandes plumas de América Latina: también se fue un gran pensador, un hombre que vivió la política comprometida y de manera reflexiva.
Es que Fuentes fue además un agudo observador de la realidad política de México e internacional, y su palabra siempre era esperada en los grandes acontecimientos como una de las voces más respetadas y sensatas. En los últimos tiempos se mostró particularmente crítico con la actualidad política que atraviesa su país y se manifestó abiertamente partidario de la legalización de las drogas para atajar la ola de la violencia provocada en México por la guerra contra y entre el narcotráfico.
Recientemente había declarado, con respecto a las elecciones mexicanas, de julio de 2012, que los comicios "tienen que salir bien, gane quien gane, para que se encaucen las cosas por la vía política y no se vayan por el rumbo del caos y la violencia".
Hijo de un diplomático mexicano, y diplomático también él, a mediados de la década del 60 sirvió como embajador en varios países. En 1978, cuando el expresidente Gustavo Díaz Ordaz (bajo cuyo mandato ocurrió la matanza de estudiantes en Tlatelolco), fue designado embajador en España, Fuentes en protesta renunció a esa labor que entonces realizaba en Francia.
Su preocupación por la realidad latinoamericana se reflejó, actualizada, hasta en sus últimas novelas. En Adán en Edén, por ejemplo, narcos convertidos en nuevos ricos y vecinos de los ricos tradicionales, empresarios corruptos y políticos arribistas, conviven en una desmesurada radiografía del México contemporáneo.
PRECOZ. Nacido el 11 de diciembre de 1928 en Panamá, durante su niñez vivió en Montevideo, Río de Janeiro, Washington, Santiago y Buenos Aires. Obtuvo una licenciatura en leyes en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se doctoró en el Instituto de Estudios Internacionales de Ginebra, Suiza.
Su inclinación por las letras era evidente desde mucho antes: a los siete años comenzó una pequeña revista donde comentaba películas y libros o los acontecimientos de su familia. A los 11 años redactó su primer cuento y en la preparatoria participó en un concurso de literatura cuyo único requisito era someter trabajos anónimos y se llevó los primeros tres premios.
Aquella infancia internacional infundió sin duda su singular mirada singular. Una vez recordó que, en 1938, su nacionalidad se hizo evidente de una forma dura: mientras vivía en la capital estadounidense, México decidió nacionalizar el petróleo y expropiar a las empresas extranjeras. "Había titulares en Estados Unidos que decían `Los rojos mexicanos nos han robado el petróleo`. Yo era un niño de nueve o diez años y era un `rojo mexicano`, entonces cambió mi estatus muy rápidamente", explicó en una oportunidad el premio Miguel de Cervantes (1987) y Príncipe de Asturias (1994).
"Empecé muy joven. Yo tenía esa vocación muy clara que me inculcó mucho mi padre", dijo en una ocasión. De ahí que su primer libro insigne lo remató a los 28 años: La región más transparente, con el que inició lo que se dio en llamar la nueva novela hispanoamericana. Como una metáfora de su apellido, el prolífico autor desbordaba de inspiración.
Escribió más de 20 novelas, además de una ópera, cinco obras de teatro, nueve libros de cuentos, varios guiones de cine (algunos basados en sus libros), libros de política y una biografía, además de un sinnúmero de ensayos, columnas de opinión y críticas literarias.
En sus libros se destacaba una cierta obsesión por definir la identidad del país y sus habitantes, desde la época prehispánica hasta la actual, y sus luchas sociales y morales.
Política y literatura se funden en la vida y la obra de Fuentes. "Cuando un libro es objeto de un acto de censura, como que resucita el libro. Aura fue objeto de un acto de censura que yo agradezco, porque gracias a esa censura se multiplicaron las ventas del libro; brincaron a 20 mil ejemplares a la semana. Imagínense ustedes, cosa que nos tenía felices a mi editor y a mí``, dijo durante la Feria del Libro de Guadalajara también en el 2008.
Aunque en algún momento de su carrera tuvo la "aspiración de escribir una novela total", con el tiempo descartó esa fijación, porque prefirió dejar obras abiertas, con ciertas imperfecciones y "heridas por donde el libro pueda sangrar", aseguraba. "Uno debe tener mucho miedo al escribir. No es un acto natural como comer, o hacer el amor, es en cierto modo un acto contra natura. Es decirle a la naturaleza que no se basta a sí misma, que necesita otra realidad, la imaginación literaria", dijo cuando los festejos de sus 80 años.
(Basado en agencias)
El adiós de Vargas Llosa
Al saber del fallecimiento de Fuentes, Vargas Llosa manifestó: "Acabo de enterarme y me ha dado mucha pena. Con él desaparece un escritor cuya obra y cuya presencia han dejado una huella profunda. Sus cuentos, novelas y ensayos están inspirados principalmente por la historia y la problemática de México, pero él fue un hombre universal, que conoció muchas literaturas, en muchas lenguas, y que vivió de una manera comprometida todos los grandes problemas políticos y culturales de su tiempo. Fue siempre un gran promotor cultural y trabajó incansablemente por unir a los escritores y lectores de nuestra lengua a ambas orillas del Atlántico. Era un gran trabajador, disciplinado y entusiasta, y un gran viajero, con curiosidad universal, pues se interesaba por todas las manifestaciones de la vida cultural y política y escribía sobre todo con brillantez y buena prosa".
Se cerró así una relación que tuvo instancias muy ricas: en una ocasión ambos creadores acordaron reunir a doce escritores para que se inspiraran en `su dictador favorito` para la creación de una nueva obra. García Márquez escribió "El otoño del patriarca", Carpentier publicó "El recurso del método" y Roa Bastos "Yo, el supremo".
CUATRO OBRAS FUNDAMENTALES EN SU TRAYECTORIA
La región más...
1958
Recientemente reeditada como clásico, fue la primera novela de Fuentes y muchos la consideran impulsora del famoso boom de las letras latinoamericanas.
La muerte de Artemio...
1962
Desde su lecho de muerte, el industrial y político Artemio Cruz, mal hablado y oportunista, plantea una visión global de la historia del México contemporáneo.
Terra Nostra
1975
Se trata de la novela más ambiciosa y compleja de Fuentes, ganadora del premio Rómulo Gallegos. Plantea un viaje por la historia hasta la España de los reyes católicos.
Adán en Edén
2009
Es una crónica periodística de 160 páginas sobre el narcotráfico y la corrupción política en México. Está protagonizada por un empresario que decide cambiar sus códigos.
El
País Digital del 16.05.2012
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